Con todos los dispositivos que hay hoy día ahí afuera, enviar un vídeo de internet a nuestro televisor no es difícil. Sin embargo, decidir por cual de estos dispositivos decantarse, ya es una historia muy distinta. Y para demostrarlo, hoy os traigo un testimonio de un usuario, que se encariño del Chromecast, pero que se enamoro de Android TV.
Durante años, tenia un reluciente dispositivo Roku. Tenia un set-top box que me permitía ver contenido de Netflix, YouTube, y otros muchos servicios en mi salón. Pero como la mayoría de los dispositivos de streaming que he usado, era torpe y en cierto momentos, exasperante, pero eran males menores. Además, tenía la esperanza de que algo mejor estaba por venir, aunque fuera a largo plazo.
Y finalmente lo hizo. Tres años más tarde, Google lanzó el primer Chromecast, cambiando todo lo que hasta ese momento sabíamos sobre los dispositivos de streaming. Fue una brillante y simple solución a problemas que venían complicándonos la experiencia desde varios años atrás. No hay molestas y desordenadas pantallas para navegar por la interfaz, ni nuevos mandos de control remoto que podamos perder. Simplemente funciona, sin molestias innecesarias. Un autentico alivio, y por tan solo 35€. Parece demasiado bonito para ser verdad, pero así es. En 2015, Google presentó un nuevo Chromecast de segunda generación, que no hacia más que mejorar la experiencia.
Finalmente, encontré mi utopía. Estaba a bordo de ese barco, sin un control remoto, y utilizando un dispositivo en el que mi smartphone era el centro desde el cual controlar y configurar el contenido que iba a ver, y pensé que era la respuesta que había llevado tiempo buscando. Pero entonces algo cambio. Poco a poco un sentimiento fue creciendo, algo que estaba ahí desde el principio, y que no me había resultado molesto, pero que poco a poco comenzó a serlo. Quería pasar menos tiempo atado a mi teléfono.
Es una locura, lo se. Pero por mucho que me encante la tecnología móvil, llega un punto donde lo que quiero es encontrar formas de hacer mi vida mejor, sin necesidad de estar anclado a mi teléfono. Claro que me gusta navegar en las redes sociales, o leer los últimos titulares, pero hay una diferencia entre hacer eso, de forma puntual y voluntaria, a simplemente tener que utilizar el teléfono por obligación para poder utilizar un dispositivo distinto.
Cuando mi teléfono esta en frente mio durante la tarde, es como si tuviera una bolsa de m&m sin fondo. Tarde o temprano, y sin importar lo que haga, voy a empezar a comérmelos sin pensar siquiera en ello. Sin embargo, de mi teléfono no obtendré ese embriagador sabor a chocolate. Es un medio de comunicación que me mantiene conectado a todo, incluido el trabajo, y que me aleja de la gente con la que estoy, evitando que mi mente pueda relajarse. En ocasiones no esta mal, pero con frecuencia prefiero dejar mi teléfono en otra habitación, y disfrutar de lo que tengo a mi alrededor.
Fue precisamente por ello, que me llamo bastante la atención cuando escuche sobre el Xiaomi Mi Box con Android TV, por tan solo 69$. Simple y llanamente, quería reducir mi dependencia del smartphone, al menos mientras estoy en casa, por lo que puedo dejar el teléfono en otra habitación y estar en casa tranquilo y relajado. Mi mujer tiene la misma sensación, y de cara al futuro, también le gusta que nuestra hija vaya a poder reproducir música o vídeos en la televisión sin necesidad de tener un dispositivo exclusivamente dedicado a ello.
Entonces ¿Por que Android TV, y por que concretamente la Mi Box? Pues aunque parezca una decisión aleatoria o caprichosa, detrás de ella hay varias razones cuidadosamente pensadas.
En primer lugar, y tal vez la razón más importante sea, que no quería tener que estar utilizando mi teléfono en cada momento cada vez que intente reproducir algo. Pero tampoco quería perder la posibilidad de enviar contenido mediante Google Cast cuando lo necesitara, pues creo que es un concepto útil. Por suerte Android TV conserva esas funciones del Chromecast, por lo que podremos seguir enviando contenido desde nuestro smartphone, PC o tablet si lo necesitáramos. La experiencia es prácticamente idéntica, con la única diferencia de que con Android TV, tiene la opción de utilizar un control remoto, y no quedar atado al móvil. En esencia, Android TV tiene lo mejor de los dos mundos.
Por otra parte, la Mi Box es el primer Android TV con una relación calidad precio llamativa, y que me ha animado a comprarla. Por 69$, el dispositivo de Xiaomi ofrece una serie de características infinitamente más amplia que las del Chromecast Ultra, que por cierto, tienen el mismo precio. El dispositivo de Xiaomi, también soporta contenido 4K, y HDR, por lo que no tiene nada que envidiar al Chromecast Ultra, y de nuevo, tiene lo mejor de los dos mundos.
La interfaz de usuario de la Mi Box, es básicamente la de Android TV, con la excepción de que contamos con una sección con las aplicaciones recomendadas por Xiaomi, aunque fatalmente podemos eliminarla, como ya explicamos. Es una interfaz sencilla, y fácil de usar, a diferencia de los complejos menús de otros dispositivos. Lo mismo es aplicable al mando, con tan solo una cruceta y cuatro botones. Sirve para realizar todas las acciones básicas, sin gran complejidad.
Algunos critican Android TV por la falta de aplicaciones y juegos. Esas serian criticas validas, pero no resultan relevantes para lo que yo necesito. Todo lo que quiero, es una forma simple de reproducir contenido de plataformas como Netflix, Youtube, Play Movies, etc en mi televisor, y la Mi Box cumplía sobradamente mis expectativas. Es cierto que hay algunos servicios de los que carece, como Amazon Instant Video (agradezcamos al sectarismo de Amazon esta ausencia), pero aun así, no es nada que personalmente me inquiete.
Otros critican también que Google no parece demasiado comprometido con Android TV. Y es difícil de refutar este argumento. Android TV muchas veces parece un hijo bastardo de la gran G, en comparación con los esfuerzos que se realizan en otras lineas de negocio. Pero recordemos que estamos hablando de un dispositivo económico, que hace todo lo que necesito, y honestamente no necesito que haga mucho mas. Especular sobre el destino a largo plazo de la plataforma, no es algo que me interese en estas circunstancias.
Evidentemente, dejo en manos de los especialistas en analisis, el hacer lo propio tanto con el Chromecast, como de la Xiaomi Mi Box, pero desde mi perspectiva, si tienes un Chromecast, y estas 100% a gusto utilizando tu smartphone como control remoto todo el tiempo, probablemente no haya razón para comprar un Android TV. Y del mismo modo, si actualmente ya tenéis un set-top box que cumpla tus necesidades, con Android TV o no, no hay ninguna razón en gastar 69$ en un nuevo equipo.
Si necesitais una solución simple y eficiente, tanto para enviar contenido desde nuestro dispositivo, como para utilizarlo como dispositivo independiente, con su propio control remoto, y que ademas soporte las ultimas tecnologías, como el manejo de vídeo 4K, y el contenido en HDR, la Xiaomi Mi Box es el dispositivo ideal para vosotros. Para mi, y para mi familia, ha sido una magnifica apuesta, y es justo lo que queríamos y necesitábamos.
Fuentes: Computer World, Computerhoy
Evidentemente, dejo en manos de los especialistas en analisis, el hacer lo propio tanto con el Chromecast, como de la Xiaomi Mi Box, pero desde mi perspectiva, si tienes un Chromecast, y estas 100% a gusto utilizando tu smartphone como control remoto todo el tiempo, probablemente no haya razón para comprar un Android TV. Y del mismo modo, si actualmente ya tenéis un set-top box que cumpla tus necesidades, con Android TV o no, no hay ninguna razón en gastar 69$ en un nuevo equipo.
Si necesitais una solución simple y eficiente, tanto para enviar contenido desde nuestro dispositivo, como para utilizarlo como dispositivo independiente, con su propio control remoto, y que ademas soporte las ultimas tecnologías, como el manejo de vídeo 4K, y el contenido en HDR, la Xiaomi Mi Box es el dispositivo ideal para vosotros. Para mi, y para mi familia, ha sido una magnifica apuesta, y es justo lo que queríamos y necesitábamos.
Fuentes: Computer World, Computerhoy
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