lunes, 2 de octubre de 2017

¿Se puede sobrevivir con un movil de hace 4 años?

Este 2017 ha sido un año cargado de grandes terminales, como el LG G6, el Samsung Galaxy S8, o el reciente Note 8. Sin embargo, yo he continuado con el Nexus 5X que compré hace dos años, y francamente no tenia previsión de cambiar de terminal. Bien es cierto que el evento del 2 de Octubre que prepara Google, tal vez me habría hecho cambiar de opinión, pero por desgracia algo se adelantó.
El pasado 21 de Septiembre, por temas de trabajo tuve que desplazarme a la capital, y como siempre, fui escuchando podcast en el tren. Cuando llegué a mi destino, estuve comprobando el email antes de entrar, y recibí un archivo que necesitaría en la reunión. Una vez dentro, y llegado el momento tiré mano al móvil para utilizar el documento, pero para mi sorpresa el móvil estaba apagado, y lo peor, no se encendía.
La mayoría conocerá que los Nexus 5X y 6P desde su actualización a Nougat, han venido experimentando un problema masivo de muertes repentinas, y reinicios continuos, reconocido incluso por el fabricante. En el caso del Nexus 5X según declaraciones de LG, se trata de un problema de Hardware, que únicamente puede solventarse cambiando la placa base del dispositivo, que al fin y al cabo, equivale cambiar prácticamente todo el interior del móvil.
Tras solicitar vía web una reparación del terminal a LG, desde esa misma mañana, tuve que pasar a utilizar mi antiguo terminal, el Nexus 5, y vengo a compartir mi experiencia de este viaje al pasado. El primer problema que tuve, fue con la SIM. El Nexus 5x utiliza nano SIM, y el Nexus 5 micro SIM, así que tuve que comprar un adaptador en una tienda de informática para empezar a funcionar.
Como punto de partida, debo decir que mas allá de las marcas de guerra derivadas de los 2 años de uso que en su día tuvo, y que el terminal se quedó en Android 6.0 Marshmallow, el funcionamiento en cuanto a fluidez ha sido sorprendentemente satisfactorio. Las diferencias en cuanto a transiciones al abrir alguna aplicación, cambiar entre aplicaciones abiertas, etc prácticamente han sido ínfimas en relación al Nexus 5X. Sin embargo, es evidente que ha habido aspectos de la experiencia que no han sido tan gratos.
La pantalla, siempre me pareció uno de los puntos más flacos del Nexus 5, y no porque fuera mala en cuanto a calidad de imagen, sino más bien en lo referente a ángulos de visión. Ver la pantalla del Nexus 5, mientras está apoyado a un lado de la mesa, siempre mostraba un resplandor blanco que me sacaba de quicio, y que por suerte el Nexus 5X no me hacia sufrir.
El sonido, tanto del auricular como del altavoz, también era uno de los puntos flojos del Nexus 5, y lo cierto es que del Nexus 5X también. Sin embargo, el viejo terminal de Google es prácticamente inaudible cuando entra una llamada. Con las notificaciones, el Nexus 5 tiene a su favor contar con un Led RGB, y fue una de las cosas que más eché de menos al cambiarlo, pero ahora lo que realmente extraño es que la pantalla se active al llegar la notificación y permita previsualizar su contenido. 
El tamaño, sin embargo, es uno de los puntos a favor del Nexus 5. Es fácil de sujetar en cualquier situación, y se puede usar sin ningún problema con una sola mano. Es cierto que el Nexus 5x no guarda una diferencia demasiado notable en tamaño, pero desde luego se nota la diferencia. Cuando no es tan positivo el tamaño, es a la hora de navegar por Internet, o ver algún vídeo, pues es donde más se nota la diferencia de tamaño de pantalla, haciendo la experiencia mas incomoda.
Otra de las diferencias mas notables, ha sido la ausencia de lector de huellas. En el Nexus 5X, desbloquear el terminal era sencillo y rápido, bastando con acercar el dedo al lector trasero. Ahora con el Nexus 5, sin embargo, tengo que desactivar la seguridad de la pantalla de desbloqueo, para evitar tener que perder el tiempo introduciendo el PIN o patrón de desbloqueo cada vez.
Pero sin duda el punto más dramático es la batería. Desde luego, ningún terminal de Google ha destacado por tener una gran batería, pero el Nexus 5 con su batería de 2.300 mAh siempre ha ido muy justito, así que imaginaos si a eso le sumamos que la batería ha tenido dos años de uso. En definitiva, necesito cargarlo un par de veces al día para no quedarme tirado. Además, se nota la ausencia de carga rápida en cada minuto de carga.

Podemos concluir que es perfectamente posible aguantar a día de hoy con un terminal de hace cuatro años, especialmente si se trata de un teléfono que ya en su época funcionó muy bien. Pero también debemos concluir, que resulta difícil hacerlo: las baterías, y memoria RAM se degradan, y empeoran considerablemente la experiencia, la falta de actualizaciones hace que peligre la seguridad del sistema, y las especificaciones aunque suficientes, no permiten ningún alarde. Es cuestión de tiempo que mi Nexus 5X vuelva, y aunque lo echo de menos, tengo que decir que con el Nexus 5 tampoco estoy tan mal.

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